Los prejuicios y normas sociales influyen en la desigualdad entre las personas y generan diversos tipos de violencia. Las normas sociales aceptan la violencia e invalidan el cumplimiento de los derechos de las personas. Se requiere desarrollar habilidades para la vida que permitan la elección de una vida libre de violencia enfrentando barreras de diferentes tipos. Incluso las barreras geográficas limitan el conocimiento de los derechos y el acceso de los organismos encargados de protegerlos.

Facilitamos el desarrollo de habilidades para la vida, empoderamiento y agencia personal como herramientas para prevenir, detectar y manejar situaciones de violencia a nivel personal y para cambiar las normas sociales que la favorecen. Establecemos alianzas interinstitucionales para sensibilizar y reforzar acciones dirigidas a la aplicación de los derechos humanos y la equidad de género. Los programas se diseñan de acuerdo a las necesidades de la población, integrando la participación de líderes comunitarios y promotores. Se aplican a nivel rural y urbano.